¿Quién diría que Santa Claus y sus ayudantes podrían ser tan mágicos?
Chad rompiendo conmigo me empujó al límite.
Cansada de sus comentarios condescendientes, decidí que era hora de mostrarle que estaba equivocado, así que puse un plan en marcha.
Me puse en contacto con mi mejor amiga, Erin, para organizar una noche de chicas. Mi plan era probarme a mí misma, y a Chad, que otros hombres aún me encontrarían atractiva.
¡Lo que no planeaba era visitar el Polo Norte!
Todo el mundo piensa que Santa Claus tiene pequeños duendes pero yo estoy aquí para decir que no los tiene.
Sus ayudantes miden más de un metro ochenta de altura, llevan sombreros de Santa Claus y son más hábiles que cualquier hombre que hayas conocido.
NOTA: Después de leer esta historia no podrás volver a ver a Santa Claus de la misma manera.
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